jueves, 10 de marzo de 2011

Las dudas sobre la relación entre Alqaeda del Magreb y Marruecos


A la hora de plantearse la verdadera naturaleza de “AQMI”, la tesis más sólida, a mi juicio, es la de una posible conexión con Marruecos y Francia, como se va a a tratar de argumentar. En primer lugar contamos con el testimonio concordante de dos personajes centrales: Abdelhak Layada (“emir nacional” hasta 1994 de uno de los grupos islamistas terroristas argelinos antecedentes de este llamado “AQMI”, el Grupo Islámico Armado-GIA) y Dris Basri (ministro del Interior marroquí hasta 1999). Por lo que hace al primero, Layada, ha confesado que había recibido ayuda del gobierno marroquí y que se entrevistó con Driss Basri, ministro del Interior y mano derecha del rey y con el mismísimo Hassán II. Sobre su entrevista con el rey sólo ha revelado que fue chantajeado en relación con el Sahara Occidental[72] y que incluso el gobierno marroquí le sugirió que reclutara miembros del Frente Polisario para luego poder incriminarles por la comisión de actos de terrorismo. El 8 de junio de 2009, la emisora de la BBC en árabe interrogó al actual ministro de Exteriores marroquí, Taieb Fassi-Fihri sobre las declaraciones de Layada sin que el ministro marroquí las desmintiera, lo que llevó a su entrevistador a decir que entonces las mismas debían entenderse como ciertas[73]. Abdelhaq Layada también ha confesado que recibió apoyo de Francia, haciendo gravísimas afirmaciones, como que Francia ayudó al GIA a dar un golpe de Estado que fue abortado, que suministró armas al GIA[74] y que los servicios secretos franceses estaban detrás del secuestro por el GIA de un Airbus el 24 de diciembre de 1994[75].Por lo que respecta al segundo, Dris Basri, contamos con el testimonio que ofreció en una de sus últimas entrevistas donde dijo que el gobierno marroquí no sólo estaba al corriente de que los terroristas islamistas que operaban en Argelia se refugiaban en Marruecos, sino que no pensaron intervenir para impedirlo[76]. En 1999, el propio presidente argelino Buteflika acusó públicamente a Marruecos, en un mitin en Bechar (cerca de la frontera marroquí) de dar cobijo a los terroristas islamistas[77]. En segundo lugar, a pesar de que AQMI es un grupo que se nutre de individuos procedentes de Marruecos, Argelia, Mauritania y Mali[78], su actividad criminal se centra sólo en Argelia y, más recientemente, en Mauritania. A pesar de la presencia de marroquíes en sus filas, nunca actúa en Marruecos. Y esto es sorprendente porque, según un comunicado suyo, uno de sus objetivos es España porque es “aliada de la OTAN y los EE.UU. en la guerra contra el Islam”[79]. Lo que no cuadra entonces es que no actúe contra Marruecos, siendo este el país que pasa por ser el mejor aliado de USA en la región y que, además, cuenta con las mejores relaciones con la OTAN hasta el punto de que según declaración de un alto responsable de la organización atlántica, recogida por la propia agencia oficial de prensa marroquí, Marruecos es un “socio estratégico” de la OTAN[80].En tercer lugar, existen acusaciones aparecidas en la prensa francesa dedicada a asuntos africanos sobre la colusión de AQMI con el servicio secreto marroquí. En este sentido, el semanario francés “Jeune Afrique” (por lo demás, claramente favorable a la monarquía marroquí), contiene esta afirmación:“Otra incertidumbre que, desde el punto de vista maliense, pesa sobre el arreglo de la cuestión salafista: las tensiones entre Argelia y Marruecos. "Es evidente que los grupos islamistas se benefician de ciertos apoyos de Marruecos", acusa un miembro de los servicios de inteligencia de Mali. Según este último, se trataría de una respuesta a los numerosos vínculos que Mali mantiene con el Polisario”[81].En cuarto lugar, resulta revelador que el mediador que más ha trabajado en casos de secuestros de “AQMI” (son al menos tres, sus trabajos de “mediador” con “AQMI”), es un ciudadano mauritano que era un enemigo declarado del depuesto presidente mauritano Mauya Uld Ahmed Uld Taya contra quien conspiró apoyando un golpe que fracasó[82]. Chafi, pese a ser mauritano, es consejero especial del presidente de Burkina Faso, Blaise Campaoré y ha intervenido en las crisis de Guinea Conakry y Costa de Marfil[83]. Lo interesante es que Burkina es uno de los más firmes aliados de Francia y Marruecos en África y que sus gestiones en Guinea Conakry y Costa de Marfil han sido a favor de los aliados de estos países en la región. La hipótesis aparece reforzada por una información según la cual Chafi era un agente de los servicios de inteligencia marroquíes (en concreto, de la Dirección General de Estudios y Documentación-DGED) desde la época en que Driss Basri era ministro del Interior y “número 2” en Marruecos[84].En quinto lugar, el grupo “AQMI”, objetivamente, dirige el grueso de sus ataques contra Argelia, debilitando al gran enemigo estratégico de Francia y de su principal protegido, Marruecos.En sexto lugar, conviene advertir que una parte de las acciones de “AQMI” tienen lugar en Mauritania, en el oeste de Argelia y en el noroeste de Mali, que son zonas reivindicadas por Marruecos en el marco del programa expansionista del “Gran Marruecos” que está consagrado en el artículo 19 de la “Constitución” marroquí.Finalmente, en séptimo lugar, la prensa española ha atribuido a fuentes de la inteligencia española la idea de que hay una “insistente coincidencia”: “La inteligencia española ha hecho ver al Gobierno una insistente coincidencia: cuando España tiene una crisis con Marruecos, se incrementan las amenazas en las redes yihadistas”[85].Aunque la tesis marroquí o franco-marroquí es sin duda la más sólida, ello no excluye otras tesis entre las que encuentra apoyos objetivos la de que en realidad “AQMI” no sería una organización, sino un conjunto de dos o más grupos manipulados o instrumentalizados por distintos actores a la vista de ciertos elementos creíbles.En este contexto, el caso del secuestro de Pierre Camatte posteriormente liberado el 23 de febrero de 2010 mediante el pago de rescate permite alimentar la posibilidad de una nueva vía de relación. El ciudadano Pierre Camatte era públicamente considerado como un “cooperante” presente en un Estado del Sahel africano, Mali. Sin embargo, como luego se descubrió, era en realidad un agente de la inteligencia francesa. Camatte fue secuestrado por “AQMI” curiosamente el mismo día en que también fueron secuestrados los tres españoles. Su liberación se produjo, como se ha dicho, el 23 de febrero y, según los hechos posteriores, la misma se realizó después de que, tras fuertes presiones francesas, Mali liberara a cuatro terroristas que se hallaban presos en ese país y se pagara un rescate[86]. que se ha calculado en 5 millones de dólares[87]. El hecho es que, apenas unos días después de su liberación, la prensa francesa examinado las actas de la comparecencia ante la Asamblea Nacional, el 27 de enero de 2010, del coordinador nacional de los servicios de inteligencia en la Presidencia de la República, Bernard Bajolet[88] extrajo la conclusión de que Camatte era, en realidad, un agente del servicio francés de inteligencia exterior (DGSE)[89].Esta circunstancia da pie para alimentar algunas sospechas que, no obstante, son de difícil prueba. En primer lugar, habría que preguntarse si el secuestro de este agente francés fue realmente tal. La pregunta es pertinente porque, de aceptar que puede haber una relación entre la inteligencia francesa y “AQMI” o algunos grupos que se cobijan en esas siglas, este supuesto “secuestro” sería la vía ideal de transmisión de mensajes sin que hubiera ningún tipo de sospecha. En segundo lugar, habría que preguntarse si este rescate fuer realmente tal. La duda que se suscita, si se acepta que puede haber algún tipo de relación entre la inteligencia francesa y “AQMI” es si este supuesto pago de un “rescate” no constituiría una forma de financiar “legalmente” un grupo del que se sospecha que sirve a los intereses estratégicos de Francia en la región. En tercer y último lugar, el hecho de que nada más y nada menos que una gran potencia como Francia se viera “obligada” a “ceder” ante los terroristas constituye un elemento de presión difícil de resistir a la hora de exigir a un tercer Estado (Mali, en este caso) que también “coopere”, liberando a terroristas presos en sus cárceles. En definitiva, si la hipótesis de la conexión entre la inteligencia francesa y “AQMI” fuera cierta, la escenificación de un “secuestro” podría constituir un nuevo medio para que un Estado financie “legalmente” un grupo terrorista que, eventualmente, sirve a sus intereses.En un análisis sobre el desarrollo de la contienda acerca del Sahara Occidental, advertía, el día 2 de junio de 2010, “es previsible que Marruecos trate de recuperar la iniciativa utilizando la carta terrorista. Dado que el Frente Polisario no está implicado en actividades terroristas, es previsible que haya círculos cercanos a Marruecos, o del propio poder marroquí, que fabriquen amenazas terroristas con el objetivo de imputar la responsabilidad al Frente Polisario”[90]. Hay muchas cosas que se ignoran sobre “AQMI”. Pero empiezan a ser cada vez más las cosas que ya se sabe que no son ciertas.
FUENTE:Carlos Ruiz Miguel es Analista del GEES en el área de Magreb y en temas de Derecho Constitucional

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